Empiezo una nueva etapa. A quien diga que hay una edad para todo o que sólo se pueden hacer ciertas cosas a determinadas edades, les informo que no comparto su opinión. Pienso que el momento es ahora, tenga la edad que tengas. Más bien lo que hagas tendrá que ver con la convergencia de varias cosas: la motivación, tu estado anímico, tu estado físico, tu situación familiar, la situación social y económica, etc.
No todos podemos hacer todo lo que queremos antes de los 30 años. Yo, por ejemplo, he calculado que necesitaría tres vidas con una duración aproximada cada una de 80 años para poder hacer todo lo que quiero. Así que antes de los 30 años de la vida que tengo en curso no me va a dar tiempo ni de la cuarta parte. Por eso cada vez que inicio algo que tenía en mente, sin importarme cuanto tiempo haya transcurrido desde que lo pensé hasta que se ha hecho realidad, me siento feliz (una cosa menos que hacer en la siguiente vida).
En este momento lo que inauguro es mi primera página web como psicóloga. Llevo 25 años en la profesión y no había tenido página web. Pero ahora estoy inaugurando la web de SOMAPHI y estoy a la vez nerviosa, emocionada, ilusionada, amedrentada, orgullosa y contenta. Ese amasijo de emociones y sentimiento es lo que soy en este momento.
Me hace mucha ilusión poder compartir este apartado de noticias y blog porque siempre tengo mucha información y muchas cosas que decir y este espacio me parece perfecto para hacerlo. Espero además que la información que comparta aquí sea de mucha utilidad a muchas personas, especialmente si lo necesitan y encuentran esta página en ese momento en que el que andas buscando algo, aunque no sepas exactamente el qué y ¡bumm! lo encuentras.
Quiero terminar esta especie de introducción / presentación de este apartado en la web de SOMAPHI, agradeciendo a todas las personas que han confiado y siguen confiando en mí para su proceso terapéutico. Ir a terapia es complicado, duro, desafiante, emocionante, agotador, doloroso, revelador, asombroso, alentador, placentero, divertido, inesperado y a veces largo, pero sin duda es un proceso que vale la pena en cuanto nuestras vidas mejoran en todas las líneas temporales (pasado, presente inmediato y presente continuo) y nuestro manejo de nuestra propia vida se amplia y se enriquece, se hace más consciente y profundo y nos permite alcanzar aspectos personales desconocidos pero absolutamente necesarios para tener una vida equilibrada (que es lo que deberíamos entender por una vida feliz).
Por eso estoy eternamente agradecida a todas aquellas personas a las que he podido acompañar en este proceso, siento profundamente a aquellas a las que no pude acompañar y felicito y admiro a todas aquellas que se mantienen firmes en su propósito de tener una “VIDA” y de encontrar en la terapia el medio para lograrlo.
